Por: Ana Gabriela Tellechea
Esta revolución que se ha presentado para todos desde marzo de 2020 nos ha llevado a explorar diferentes estrategias para adaptarnos a todos estos cambios, sobre todo en el campo de la educación. El migrar a una instrucción 100% digital y a distancia nos llevó a buscar nuevas y prácticas maneras de compartir información con nuestros alumnos. Pero ¿nos hemos detenido a pensar qué tan seguros son los recursos y la información que compartimos con ellos?
Por su practicidad y la calidad del material que podemos encontrar en ellos, sitios de alojamiento de videos, páginas con colecciones de recursos y hojas de trabajo gratuitos para profesores, o hasta sitios para crear tu propio blog se han convertido en un recurso bastante socorrido para maestros, pues representan un compendio de contenidos accesibles y a la vez una nueva ruta para hacer llegar a nuestros alumnos toda esa información que consideramos necesaria y que complementa los objetivos de nuestra instrucción.
Sin embargo, por la naturaleza gratuita de estos sitios, sus contenidos rara vez son seleccionados de manera consciente y, así como podemos encontrar material de alta calidad y útil para lo que queremos enseñar, también podemos encontrarnos con publicidad o ligas a sitios externos que no solo no tienen nada que ver con nuestro objetivo de clase, sino que además, pueden representar un riesgo para nuestros alumnos. El internet funge como un arma de doble filo en este caso, pues nos conecta con contenido conveniente y relevante pero a la vez, puede mostrarle a nuestros alumnos un sinfín de sitios no relacionados, que en el mejor de los casos los distraiga, y en el peor de ellos, los lleve a encontrar material delicado que no sea el adecuado para sus mentes.
Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que el contenido que compartimos sea apropiado y seguro para nuestros alumnos, y para nuestra fortuna, existen [plataformas digitales] que garantizan esa encriptación en la seguridad y por lo tanto nos dan la tranquilidad de que el contenido que estamos trabajando con nuestros alumnos es exclusivamente lo que queremos compartir y que no los va a llevar a encontrarse con materiales no deseados.
Los nuevos cambios en el mundo, en la vida y sobre todo en la educación nos traerán nuevas maneras de abordar nuestra práctica docente, pero también, como en todo, traerá nuevos riesgos que tendremos que aprender a sortear. Sigamos caminando juntos en este nuevo camino, apoyándonos siempre y compartiendo nuevas maneras de mejorar nuestra instrucción en todo sentido.